La hora del baño es un momento especial: ¡aproveche al máximo!
Para evitar el estrés y la prisa, prepare todo lo que necesita antes de comenzar. Esto le permitirá concentrarse completamente en su hijo durante este momento tierno. Todos los productos de limpieza y cuidado corporal deben garantizar la seguridad y la tolerancia.
Para cuerpo y cabello:
Lave suavemente a su hijo con un producto de limpieza extra suave y sin jabón que respete el balance de la piel de su hijo y no le pique los ojos.
Seque suavemente a su hijo.
El cuero cabelludo y el cabello de su hijo deben lavarse cada dos o tres días. Elija un champú suave que no arde los ojos y respete el equilibrio de la piel y el cabello de los bebés. Enjuague suavemente el cabello de su hijo, asegurándose de que el agua tenga la temperatura adecuada y que la presión no sea demasiado fuerte. Para los niños mayores, ¿por qué no usar un spray desenredante sin enjuague para facilitar el peinado?
Después de cada baño, humedezca a su hijo con un producto adecuado para nutrir su piel.
Para la cara y los ojos:
Use algodón para limpiar la cara de su hijo con un producto de limpieza suave y sin jabón. Para fines prácticos, o simplemente para evitar el agua dura, opte por una solución micelar, toallitas dermatológicas o una leche limpiadora sin enjuague.
Para las manos:
Las toallitas dermatológicas de limpieza le permitirán lavar las manos de su hijo con la frecuencia necesaria en toda situación.
Para el cambio de pañales:
Después de cada cambio de pañales, limpie meticulosamente las nalgas de su hijo con un producto de limpieza suave y sin jabón para eliminar la suciedad, el exceso de pasta a base de agua o cremas protectoras. Seque suavemente, particularmente los pliegues de la piel. Para fines prácticos, o simplemente para evitar el agua dura, opte por una solución micelar, toallitas dermatológicas o una leche limpiadora sin enjuague. Y para las madres que prefieren productos de enjuague, use un gel limpiador suave y sin jabón adaptado a la piel de su hijo.